PANORAMA DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA MEDICINA FUNCIONAL


corazon estetoscopio

 

 Todos los órganos y tejidos del cuerpo requieren nutrientes y oxígeno para llevar a cabo sus funciones y conservarse vitales. La sangre es el transportador de esos elementos.

En términos muy simplistas, el sistema circulatorio está conformado por:

  • el corazón
  • las arterias y
  • las venas

Sin demeritar su contribución ni minimizar su alto grado de complejidad, el corazón es, básicamente, una bomba. A través de las arterias envía la sangre oxigenada al organismo entero y por las venas recibe la no oxigenada, la cual después bombea hacia los pulmones, donde se intercambia el bióxido de carbono por oxígeno.

Con excepción de los países subdesarrollados, donde los principales motivos de fallecimiento son las infecciones, en el resto del mundo la arterioesclerosis es la primera causa de muerte. Mucho más que el cáncer y la violencia, el conjunto de las enfermedades isquémicas del corazón, las cerebrovasculares y las hipertensivas constituyen las dos terceras partes de las estadísticas de mortalidad. Los problemas cardiovasculares van en ascenso y su frecuencia aumenta cada vez más como consecuencia de la epidemia mundial de diabetes y obesidad.

Según la Medicina Funcional, el punto es que la comunidad médica es ignorante sobre el proceso fisiopatológico responsable de la arterioesclerosis. Se toman decisiones a partir de la glucosa en ayuno, a pesar de que existe información de sobra que establece que este parámetro no representa el origen del trastorno, pues se afecta tardíamente y no tiene valor predictivo. Más bien, la anomalía se genera a partir de la insulina y esto es lo que habría que cuantificar. El estudio debe realizarse después de una carga oral de glucosa o luego de consumir alimento (posprandial).  Otra forma de hacerlo es con pruebas recientemente introducidas que determinan el funcionamiento de la insulina. Definen si existe sensibilidad o resistencia a esta hormona y predicen riesgos de diabetes, hipertensión y arterioesclerosis.           

En no pocas ocasiones el cateterismo cardiaco es una intervención que provee grandes beneficios y en muchas ocasiones constituye la diferencia entre la vida y la muerte en los problemas de arterioesclerosis, pero el problema principal con su utilización no es inherente a la técnica en sí, sino a su abuso. Lo mismo sucede con la colocación indiscriminada de stents. La revista de negocios Bloomberg Business reportó en 2013 un aumento en el número de fallecimientos asociados a la colocación indiscriminada de estos stents.

En estudios aleatorios controlados, se concluyó que dos de cada tres stents colocados de forma electiva (no en condiciones de urgencia posinfarto) no eran necesarios y que la condición podría haberse corregido con medicamentos, ejercicio y cambio de alimentación. Pero lo más relevante son el número de muertes ocurrida por este abuso, las complicaciones secundarias (infección, sangrados y daño arterial por la cicatrización) más las consecuencias jurídicas de demandas que se han tenido que pagar a pacientes, familiares y autoridades en los Estados Unidos.

Queda todavía la alternativa de la colocación de los llamados “by pass” arteriales. Se corta el esternón para abrir el tórax, se deriva el flujo sanguíneo hacia un aparato que asume las funciones del corazón mientras éste se congela hasta que se detiene por completo; se toman segmentos de venas de otras partes del cuerpo o prótesis artificiales de materiales inertes para reemplazar las arterias obstruidas, luego se descongela el corazón, se restablece la circulación de la sangre y se cierra la caja torácica con fuertes alambres. Todo esto con las situaciones adversas que puedan presentarse.

Se reconocen cinco condiciones primarias desencadenantes de la arterioesclerosis:

  1. Obesidad
  2. Diabetes Mellitus
  3. Hipertensión arterial
  4. Tabaquismo
  5. Dislipidemia (elevaciones del colesterol o triglicéridos, con o sin reducción del colesterol protector contra infartos).

Se han identificado más de 390 condiciones precipitantes, que incluyen:

  • carencias nutrimentales
  • actividad inflamatoria
  • trastornos hormonales
  • aumento del estrés oxidativo
  • desequilibrio del sistema nervioso autónomo, entre otros más.

Sin embargo, sin colesterol y triglicéridos no se puede vivir. El colesterol se encuentra presente en las membranas de las células y es responsable de muchos de los procesos de intercambio y transporte celulares. También es la materia prima para producir muchas hormonas, incluyendo las sexuales y el cortisol. Además, es el componente principal de tejidos como el cerebral; aproximadamente 60% del cerebro es grasa. Por su parte, los triglicéridos son la forma más efectiva de acumular energía.

                El diagnóstico de dislipidemia y sus indicaciones de tratamiento se han estandarizado con base en parámetros específicos que se manejan como absolutos, así lo dice la Medicina Funcional, como si valores superiores a la cifra determinada derivaran automáticamente en complicaciones catastróficas.

Las recomendaciones específicas de la Medicina Tradicional se refieren a una familia de medicamentos para reducir el colesterol, denominadas estatinas. Sin embargo resultados de estudios independientes no han mostrado una prolongación significativa de la vida; reducen en sólo 2% los riesgos de infartos cardiacos y ACV, mientras que para quienes ya tuvieron un ataque previo al corazón la disminución de la recurrencia es de 4% y la mortalidad de 1%.

Sin embargo, estas directrices dan pie a importantes cuestionamientos, tanto por sus implicaciones médicas como económicas.