Un nuevo estudio vuelve a ensalzar las bondades de la Dieta Mediterránea. Es un trabajo liderado por investigadores españoles, que sostienen que mantener una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva y frutos secos, ayuda a revertir el síndrome metabólico.
Llevaron a cabo un ensayo clínico controlado, aleatorio con hombres y mujeres de 55 a 80 años de edad y con alto riesgo de sufrir enfermedades del corazón. Un grupo seguía una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva extra virgen, otro grupo seguía una dieta mediterránea con frutos secos y otro una dieta baja en grasa.
Después de un período de seguimiento de 4.8 años, los investigadores descubrieron que las personas que pertenecían a los dos grupos que había seguido la dieta mediterránea complementada con frutos secos y aceite de oliva, disminuyeron el perímetro de la cintura (obesidad abdominal) y también los niveles de glucosa en sangre. Así 958 participantes dejaron de tener los criterios que definen la presencia de síndrome metabólico.
El síndrome metabólico, que afecta a uno de cada cuatro adultos es un conglomerado de alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad abdominal.
Algunas de las alteraciones son:
- Presión arterial alta
- Niveles bajos en sangre de colesterol HDL (colesterol bueno)
- Niveles altos de triglicéridos
- Concentración elevada de glucosa en sangre.
- También aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades del corazón y mortalidad.
En este ensayo clínico se ha podido demostrar que la dieta mediterránea complementada con aceite de oliva extra virgen o frutos secos, se asocia a una menor prevalencia de síndrome metabólico que una dieta baja en grasa.
Ya que no hubo diferencia entre los grupos en cuanto a la pérdida de peso o la ingesta calórica, los cambios que se dieron son atribuibles a la diferencia en los patrones de la dieta.
Afirman los autores del estudio que “parece ser beneficiosa para revertir el síndrome metabólico y los riesgos para la salud que éste conlleva.